Hay que reconocer que no todos los retos son maravillosos. En ocasiones, los proyectos se ven rodeados de factores que los hacen poco estimulantes como para finalizarlos exitosamente.
Este post es un recordatorio -para mí y- para cualquier
otra persona que tenga que librarse de proyectos que no valen la pena.
Evaluar qué ocurre con ese proyecto tan difícil de abordar a veces sirve para salir adelante, pero en otras ocasiones puedes descubrir que el problema no eres tú, sino el proyecto en cuestión.
Si ese es tu caso, esta prueba es para ti.
Lo importante es que evites comprometerte con proyectos que te generan más angustias que satisfacciones. El estrés siempre estará presente, pero un proyecto no debería mantenerte en vilo por horas inagotables, y mucho menos si es algo que no te dejará nada útil.
Aprende a reconocer si el proyecto que vas a iniciar es como un pozo profundo en el que tu esfuerzo no se verá recompensado, y reconoce aquellos que sí esperan por ti y tu esfuerzo.
¡Gracias por leer! Comparte este post y que las ideas sigan su camino.