Hace un par de semanas escribía sobre el metaverso, la primera semana de la moda del metaverso y antes de eso, hemos hablado también de nuevas tecnologías que llevan a la moda a otro nivel. Ya nos empezamos a imaginar la moda y sus múltiples facetas en un sinfín de mundos digitales, eso sí, siempre con el cliente como el objetivo central. Por eso, en esta ocasión, quiero resaltar el reporte State of Fashion Technology 2022, elaborado por McKinsey y Business of Fashion, que nos ayuda a imaginar y planear a dónde va la moda con la ayuda de la tecnología y la innovación.
Según este reporte, en el año 2021 las empresas de moda invirtieron entre 1,6 y 1,8 por ciento de sus ingresos en tecnología. Y se espera que esa cifra aumente a entre 3,0% y 3,5% para 2030. Este aumento en inversión tecnológica va de la mano de aquellos protagonistas de la industria que están convencidos de que la tecnología puede crear una ventaja competitiva, tanto en las actividades de cara al cliente, como en las operaciones.
Algunas tecnologías como la robótica, la analítica avanzada y el uso de aplicaciones en las tiendas pueden ayudar a agilizar los procesos y apoyar la sostenibilidad, así como a crear una experiencia excepcional para el cliente. Siendo este último uno de los focos pincipales de las marcas en los últimos años.
Por otro lado, la pandemia también impulsó las relaciones digitales con las marcas. De acuerdo con la McKinsey Global Digital Sentiment Insight Survey, realizada en 2021, 72% de los clientes declararon haber interactuado con las marcas en línea durante ese año. Por ello, la industria de la moda tiene en sus manos la tarea de tomar los datos e información que le permitan reestructurar sus procesos e inversiones y planear hacia dónde dirigir sus próximos pasos.

A continuación, estos son los cinco temas clave que podrían ayudar a la industria a abordar algunos desafíos apremiantes, así como a desbloquear oportunidades potenciales, presentados en el Reporte State of Fashion Technology 2022, elaborado por McKinsey y Business of Fashion:
Metaverso reality check. El valor de marketing de la moda digital y los tokens no fungibles (NFT) puede estar ahora claro, pero las marcas de moda tendrán que separar las oportunidades concretas de la novedad del momento para generar flujos de ingresos sostenibles que vengan dados por el creciente compromiso de los consumidores con el metaverso.
Hiperpersonalización. Las marcas tienen acceso a una cantidad desmedida de herramientas y tecnologías de personalización para mejorar la forma de personalizar sus relaciones con los clientes. La oportunidad para los ejecutivos de la industria consiste en aprovechar la big data y la inteligencia artificial para ofrecer experiencias individuales que generen fidelidad a largo plazo.
Tiendas conectadas. El auge inexorable del comercio electrónico ha obligado a las empresas de moda a replantearse el papel de las tiendas físicas. Los ejecutivos de la moda tienen la oportunidad de ocuparse de las necesidades específicas de los consumidores mediante el uso de aplicaciones móviles en la tienda para mejorar la experiencia en la tienda y las tecnologías de microfulfillment para aprovechar la tienda para la era del comercio rápido.
Actualización de extremo a extremo. Las herramientas digitales y los análisis han transformado partes clave de la cadena de valor de la moda, pero estas optimizaciones suelen estar aisladas dentro de las organizaciones, lo que limita el potencial de las mejoras interfuncionales. Las marcas deben embarcarse en la integración de la cadena de valor de extremo a extremo para crear formas de operar más eficientes y rentables.
Trazabilidad es lo primero. Los sistemas impulsados por el software de trazabilidad y el big data ayudarán a las marcas de moda a llegar muy lejos en sus cadenas de suministro para comprender todo el ciclo de vida de sus productos, un factor clave para las hojas de ruta de la sostenibilidad.
La conclusión es que esto apenas empieza, aunque suene cliché. La moda siempre buscará aliarse con la innovación para continuar adelante, como industria y en cada faceta. Y una parte emocionante de todo este proceso es repensar a la industria en un proceso evolutivo que le permita ser más sostenible y consciente.