¿En qué piensas cuando lees la frase “las mujeres en el mundo de la moda”?
Me atrevo a asegurar que en general atamos esa frase a tendencias, colores, modelos e influencers, lifestyle, diseñadores, entre otras.
Ahora en pleno 2023, te invito a pensar en la mujer en el mundo de la moda, pero tomando en cuenta otras aristas. Por ejemplo, cuántas mujeres lideran casas de moda, o cuántas mujeres y niñas laboran para este sector en distintos países del mundo. El objetivo de este artículo es resaltar algunos datos estadísticos que nos van a ayudar a encuadrar a la mujer dentro de la industria de la moda. Porque pensar que sólo estamos para consumir moda es una mirada muy limitada, recordemos que la moda no se trata sólo de pasarelas y tendencias, detrás de ella hay una fuerza laboral descomunal que mueve al sector desde la manufactura de un producto hasta su llegada a las manos de la cliente ideal.

Aquí tienes algunos datos que nos ayudarán a entender mejor la figura de la mujer dentro de la industria de la moda:
Según un informe del McKinsey Global Institute, las mujeres representan 70% de la fuerza laboral total en la industria de la moda y la indumentaria a nivel mundial. (Fuente: McKinsey Global Institute, «El futuro de las mujeres en el trabajo: Transiciones en la era de la automatización», 2019).
Sin embargo, las mujeres están subrepresentadas en puestos de liderazgo dentro de la industria. Sólo 12,5% de las principales marcas de moda están dirigidas por mujeres, y sólo 14% de los puestos ejecutivos están ocupados por mujeres. (Fuente: Business of Fashion, «The State of Fashion 2021»).
Las mujeres también enfrentan una brecha salarial de género en la industria de la moda. Según un estudio del Council of Fashion Designers of America (CFDA) y la publicación Glamour, las diseñadoras de moda ganan un promedio de 38% menos que sus contrapartes masculinas. (Fuente: CFDA y Glamour, «The Glass Runway» Report).
En términos de diversidad y representación, históricamente la industria ha sido criticada por su falta de inclusión. Sin embargo, ha habido algunos avances en los últimos años. En 2020, las modelos de color representaron 41,5% del elenco de modelos durante las cuatro principales semanas de la moda. (Fuente: The Fashion Spot, «Diversity Report: The State of Diversity, Inclusion, and Accountability in Fashion 2020»).
Y aunque parezca forzado, el estrés medioambiental que genera el sector moda, también afecta a las mujeres. Según un informe de la Fundación Ellen MacArthur, la industria de la moda produce más emisiones de gases de efecto invernadero que las industrias de la aviación y el transporte marítimo combinadas. Las mujeres se ven afectadas de manera desproporcionada por las consecuencias ambientales y sociales de la producción de moda, ya que a menudo tienen trabajos peligrosos y mal remunerados en la cadena de suministro. (Fuente: Fundación Ellen MacArthur, «Una nueva economía textil: rediseñando el futuro de la moda», 2017).
Las mujeres también son las principales consumidoras de productos de moda, y las ventas de ropa femenina representan más del 60% del mercado mundial de prendas de vestir. (Fuente: Statista, informe «Proyecciones del tamaño del mercado mundial de prendas de vestir de 2020 a 2025, por segmento»).
Sin embargo, la ropa de mujer a menudo tiene un precio más alto que la ropa de hombre, incluso cuando los productos son similares. Este fenómeno se conoce como el «impuesto rosa» (pink tax) y contribuye a la brecha salarial de género. (Fuente: Departamento de Asuntos del Consumidor de la Ciudad de Nueva York, informe «From Cradle to Cane: The Cost of Being a Female Consumer»).
La industria de la moda es conocida por sus altas tasas de acoso y agresión sexual. Según una encuesta realizada por Model Alliance, más del 70% de las modelos han sufrido algún tipo de acoso en el trabajo. (Fuente: Model Alliance, «The Respect Program»).
Las mujeres no sólo compramos moda. Las mujeres somos el mundo de la moda. Como decía al inicio del artículo en cada ámbito dentro de este sector, las mujeres tenemos un papel protagónico. Somos motor y combustible de una industria poderosa y millonaria.
Pero ¿qué es lo que sigue? Repensar nuestro papel dentro de este sector, cómo remunerar de manera justa a toda la cadena que mantiene viva a la moda, cómo convertirla en una industria más gentil y humana, cómo abrir más espacios para el desarrollo profesional y económico de más mujeres alrededor del mundo, cómo eliminar estructuras que ya no nos sirven y brindarle espacio a nuevas ideas. Somos una fuerza creadora y sin duda la moda siempre necesitará de las mujeres para continuar definiéndose.