En el post anterior les hablaba de qué es un asesor de imagen y mencioné conceptos que me gustaría ampliar un poco más para asegurarnos de estar en la misma página.
El proceso de comunicación de un mensaje, como muchos conocen, requiere de un emisor y un receptor, y en el medio hay un mensaje. Y aunque parece algo fácil de realizar, la realidad es que es mucho más complejo. Porque en ese mensaje que existe entre emisor y receptor hay una serie de factores que intervienen y donde las palabras pasan a tener menos importancia.
Profundicemos un poco más, las palabras representan nada más el 7% del proceso de comunicación, el 30% está dado por el tono de voz con el que transmitimos nuestro mensaje y el 63% restante lo compone la imagen personal, en la que confluyen aspectos como la ropa, la higiene personal, el cabello, maquillaje o afeitada según sea el caso de hombre o mujer, etcétera.
Luego tenemos estudios en los que se ha probado que apenas tenemos unos segundos para generar una primera buena impresión, algunos hablan de 5 segundos otros de 20 segundos, pero en todo caso lo que nos queda claro es que es muy poco el tiempo que tenemos para generar esa impresión.
Es por ello que les hablaba anteriormente que la imagen personal es una herramienta en nuestro proceso de comunicación. Nuestro mensaje puede ser impecable, bien fundamentado, con fuertes argumentos, pero sin una imagen coherente pierde credibilidad.
Poco a poco iremos adentrándonos más en temas que nos permitan comprender con mayor detalle cómo ir adecuando nuestra imagen a nuestro mensaje.
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