La industria de la moda sigue mostrando que una de sus mejores cualidades es la resiliencia, a pesar de la incertidumbre. Desde la pandemia y las consecuencias que este evento mundial desencadenó, los expertos han pronosticado dificultades y retos que año tras año son superados con resultados mejores de los esperados. Este año, el reporte realizado por la firma McKinsey y Business of Fashion, The State of Fashion 2024, pronostica que el sector sufrirá el impacto de las fluctuaciones de la demanda que han marcado estos últimos años.

También el reporte señala el “efecto látigo” que experimentan las cadenas de suministro en el que pequeñas variaciones en las ventas provocan altos niveles de volatilidad, lo que lleva a la infrautilización de las fábricas, despidos y retrasos en las inversiones en infraestructuras. Asimismo, estas cadenas de suministro podrían verse sometidas a una mayor presión debido a las nuevas normativas sobre sostenibilidad en la Unión Europea y los Estados Unidos, que exigirán a las marcas y los fabricantes redoblar las iniciativas destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y los residuos, al tiempo que construyen modelos de negocio que protegen y preserven los recursos naturales. 

Los expertos consultados en este reporte proponen que para superar estos retos, las marcas de moda deberían plantearse invertir en el desarrollo de relaciones más transparentes y colaborativas con sus proveedores. 

De acuerdo con el reporte The State of Fashion 2024, estos son los 10 temas que conformarán la agenda de la industria este año:

ECONOMÍA MUNDIAL

1. Futuro fragmentado
En 2024, es probable que las perspectivas económicas mundiales sigan siendo inestables. A medida que los nuevos y continuos retos financieros, geopolíticos y de otro tipo pesan sobre la confianza de los consumidores, los mercados de Estados Unidos., Europa y China se enfrentan a diferentes retos, lo que exige que los proveedores, las marcas y los minoristas refuercen los planes de contingencia, entre otras medidas.

2. Urgencia climática
La frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos en 2023 hacen que la crisis climática sea aún más visible. Como hemos apuntado en otros artículos sobre sostenibilidad, en el reporte también se señala que con el empeoramiento de los riesgos climáticos en todos los continentes, la industria de la moda no puede retrasar más la creación de resiliencia en sus cadenas de suministro y ayudar a reducir las emisiones. 

CAMBIOS EN EL CONSUMO

3. Modo vacaciones
Este año las cosas cambian un poco para los consumidores, puesto que se vislumbra el mayor año de viajes desde antes de la pandemia. Se espera que los viajeros tengan en mente expectativas diferentes, pero las compras seguirán siendo prioritarias. Las marcas y los minoristas deben considerar la posibilidad de renovar sus estrategias de distribución y de categoría para satisfacer a los viajeros dondequiera que estén. 

4. La nueva cara de la influencia
El reporte sugiere que las marcas deben cambiar la manera en que se manejan con influencers. Asimismo, destaca una nueva generación de personalidades creativas que están captando la atención de las marcas, ganándose la confianza y el fandom de las audiencias clave. Trabajar con estas personalidades en 2024 requerirá un tipo diferente de asociación, un énfasis en el vídeo y la voluntad de renunciar a cierto grado de control creativo.

5. Reinventando el aire libre
En el documento se destaca como la ropa para actividades al aire libre se ha visto impulsada por la adopción postpandémica de estilos de vida más saludables por parte de los consumidores. Una tendencia que seguramente se verá más fortalecida en 2024. 

SISTEMA DE LA MODA

6. La encrucijada creativa de la IA Generativa
Para nadie es un secreto como la IA Generativa ha irrumpido en las industrias creativas, incluida la moda. La conversación en este punto gira entorno a la captación del valor de esta tecnología transformadora en 2024, lo cual  requerirá que los actores de la industria miren más allá de la automatización y exploren su potencial para aumentar el trabajo de los creativos humanos.

7. Juegos de poder del fast fashion
El reporte pronostica que la competencia entre marcas de fast fashion será probablemente aún más feroz este 2024. Los competidores, encabezados por las compañías Shein y Temu, están gestando cambios relacionados a tácticas en torno al precio, la experiencia del cliente y la velocidad. El éxito de disruptores y operadores tradicionales dependerá probablemente de su capacidad para adaptarse a la evolución de las preferencias de los consumidores, al tiempo que navegan por las normativas que pueden afectar al sector. 

8. Ojos puestos en la marca
Es probable que el marketing de marca vuelva a ser el centro de atención el año que viene, ya que la industria de la moda se enfrenta a un panorama cambiante en el que ya no reina el marketing de resultados. Se destacan las conexiones emocionales de los consumidores con las marcas como los hilos fundamentales a sostener esa relación, a medida que los profesionales de la moda reorienten sus estrategias para hacer hincapié en las estrategias de construcción de marca a largo plazo.

9. Reglas para la sostenibilidad
El reporte explica que las nuevas regulaciones en los diferentes mercados de la moda generarán ajustes y presiones sobre las cadenas de suministro, las marcas y sus consumidores. Señala que la era de la autorregulación de la sostenibilidad por parte de la industria de la moda está llegando a su fin. Por ello, la sugerencias de los expertos es que las marcas y los fabricantes renueven sus modelos de negocio para adaptarse a los cambios que se avecinan.

10. El látigo retrocede
Los cambios en la demanda de los consumidores han dado lugar al «efecto látigo», en el que los recortes en los pedidos han aumentado afectando a las cadenas de suministro y presionando a los proveedores. Los expertos señalan en el reporte que si se quiere que la oferta siga el ritmo de la renovada demanda prevista, las marcas y los minoristas deben considerar la posibilidad de centrarse en la transparencia y reforzar las asociaciones estratégicas con proveedores clave. Asimismo, se recomienda que las marcas defiendan activamente los derechos de los trabajadores. Esto incluye garantizar salarios justos, protección del empleo, condiciones de trabajo seguras y oportunidades de desarrollo profesional para los trabajadores de las fábricas. El consumidor cada vez muestra más interés sobre este punto.

ÍNDICE GLOBAL DE LA MODA DE MCKINSEY

Según el análisis de McKinsey sobre las previsiones de la moda, la industria global registrará un crecimiento de ingresos del 2 al 4 por ciento en 2024, con variaciones a nivel regional y nacional. Nuevamente, se espera que el segmento de lujo genere la mayor parte de los beneficios económicos. Sin embargo, incluso en ese sector, las empresas se enfrentarán al difícil entorno económico. Se pronostica que el segmento crecerá a nivel mundial entre un 3 y un 5 por ciento, en comparación con un 5 a un 7 por ciento en 2023, a medida que los consumidores controlen el gasto después de un aumento pospandémico. Se espera que el crecimiento europeo y chino se desacelere, mientras que se espera que el crecimiento estadounidense se recupere después de un 2023 relativamente débil, lo que refleja las perspectivas ligeramente más optimistas en este mercado.

En conclusión, a pesar de la incertidumbre que ha acompañado a la industria de la moda todos estos años se espera que durante 2024 haya crecimiento. Este año, las empresas buscarán las oportunidades necesarias para crecer aunque se enfrentarán a obstáculos económicos, cambios tecnológicos y un panorama competitivo en evolución.

Si quieres saber cómo ha ido cambiando el panorama en años anteriores, aquí tienes los enlaces a las reseñas de los años anteriores:

Industria de la Moda 2023: resiliencia ante la adversidad
Industria de la moda 2022: recuperación desigual y ansiedad por el futuro
Industria de la moda 2021: buscando el equilibrio en una nueva era
Industria de la moda 2020: riesgos y sostenibilidad
Industria de la moda 2019: cautela, compromiso y disrupción